Todo viajero sueña alguna vez en pisar el suelo de Machu Picchu. Esta antigua ciudad Inca es uno de los tesoros más preciados de Perú y una de las siete maravillas del mundo, así que después de pasear por La Gran Muralla en China, me hacía especial ilusión tachar a otro de los grandes destinos de la lista 
Cuesta creer que una ciudad tan grande estuviera olvidada durante cientos de años y se desconoce en que momento fue abandonada, pero es viable creer que su aislamiento geográfico, entre selva y montañas, ayudaran a esconderla de los conquistadores españoles. No fue hasta 1911, cuando el arqueólogo norteamericano Hiram Bigham fue guiado por algunos pastores de esa región hasta la Ciudad Perdida de los Incas, que se encuentra a 2340 metros de altura y se cree que podría haber sido un Palacio de Verano Real.
Machu Picchu recibe miles de visitas diarias y por ello su acceso está limitado. Hay tantos turistas deseosos de pasear por sus ruinas que hay que hay que comprar las entradas con meses de antelación, sobre todo si la intención es subir al Wayna Picchu, la montaña que podemos ver al fondo de toda postal y desde donde hay las mejores vistas la ciudadela.
Existen 3 modalidades de visita: Solo la Ciudadela (152 soles), Ciudadela + la montaña Machu Picchu (200 soles) o Ciudadela + la montaña Wayna Picchu (200 soles). Esta última es la que decidimos hacer nosotros, que aunque requiere de un ascenso empinado de más de una hora por un estrecho caminito hasta la cima, el esfuerzo queda más que justificado con la impresionante panorámica de esta joya arquitectónica de los Incas.
Para visitar Machu Picchu lo mejor es hacer noche en el pueblo de Aguas Calientes que se encuentra en la falda de la montaña. Se puede llegar en tren desde la ciudad de Cusco con las empresas Inca Rail o Peru Rail. Además, es importante madrugar la mañana de la visita pues la cola que se forma para coger el autobús que te sube hasta la entrada suele ser inmensa (1h aprox.) y aunque es posible llegar a pie, es mejor guardar fuerzas para subir al Wayna Picchu.
Las entradas se pueden comprar directamente desde la web oficial de turismo de Perú, desde donde también podremos ver un calendario de disponibilidad. Las que primero se agotan las entradas que incluyen el Wayna Picchu, dado que todo el mundo quiere disfrutar de las mejores vistas. Así que si estáis planeando una visita a la Ciudad Perdida de los Incas, hacedlo con tiempo y preparad la billetera, pues aunque vale la pena perderse por esta joya arquitectónica, en conjunto el coste total te picará los dedos.
Desde Cusco hay que ir en coche hasta la estación de tren de Ollantaytambo y desde allí hay unas 4h de trayecto hasta Aguas Calientes. Inca Rail suele tener paquetes combiandos desde Cusco.
Costes para una persona:
55eur entrada ciudadela + 21eur bus ida/vuelta ciudadela a Aguas Calientes + Tren Inca Rail ida/vuelta Cusco – Aguas Calientes (125eur) + Noche en Aguas Calientes (24eur) = 225eur.
A tener en cuenta...
Aguas Calientes
Bus Aguas Calientes hasta la ciudadela 24 USD (21€)
Entrada
200 soles
(aprox 55eur)
Todos los días de 6AM a 14PM dividido en 3 turnos
